martes, 27 de octubre de 2015

La dureza de mis días.



Yo nací en Barcelona, en el Hospital del Mar.
A mi llegada a este mundo tenia tres hermanos de diferentes padres, ya que por circunstancias  mi madre no tuvo una vida muy estable.

Recuerdo con gran dolor las palabras que le dijo mi padre a mi madre al saber que estaba embarazada de mi. Y la verdad, no se si fue lo correcto por parte de ellos decírmelo y contármelo como si fuera una anécdota, porque saber estas palabras me destrozan día a día...

Comenzaré por el principio. Pertenezco a una familia gitana en la que las mujeres deben ser esclavas para sus maridos. Donde no importan sus sentimientos ni su opinión. Ni tan siquiera la capacidad que tienen como personas.

Es duro, muy duro, porque te cancelan como persona, te anulan  y te crían para obedecer aunque estés en contra de sus actos incluyendo sus opiniones. 

Te juegas que te humillen, te rapen la cabeza, te encierren o te peguen una paliza de la cual no te olvidarás nunca. Para que aprendas.
 ¿ Y de qué nos vale denunciar? 
La ley gitana funciona de otro modo, por ello la mayoría de las mujeres sufrimos en silencio.


No quiero decir que todas las familias gitanas sean iguales. 
No me mal interpreten. Solo hablo de la mía. 
Y a pesar de haber nacido en ella, estoy muy orgullosa de ser gitana.

No entiendo porque algunos hijos deben sentirse un estorbo de alguno de sus padres, o con muy mala suerte de los dos.

¿Por qué no cuidarse si no tenían claras las consecuencias?
¿Era más fácil culpar a la mujer de su calentón sexual? 
Me resulta injusto, verdaderamente cruel. 
¿Qué somos? ¿objetos sexuales? 
Nunca debió decirle esas palabras.

Para colmo se dignó a tener cuatro hijos más después de mi. Y eso sin contar con los otros cuatro que había tenido anteriormente con otra señora.
 ¿Y para qué?, ¿para abandonarnos de la forma que lo  hizo por sus locuras sin importarle nadie ni nada, más que nuevamente su calentón sexual?
Y después se digno a decirle a mi madre despectivamente que era tan puta que se dejaba embarazar.

 ¡ÉL! , que se tira todo lo que se mueve sin importarle edad. Sin pensar que esa chica  podía ser su hija.

Saber que mi padre es de esta clase de personas me desagrada hasta el punto de sentir un repudio interior que no os podéis imaginar.

¿Un padre no debería ser aquel que te protege y te enseña unos principios? 
¿Vergüenza? ¡Se me queda corto...!

Cuatro años tenia mi hermano menor cuando mi padre cayó preso. Recuerdo aún esas visitas en los bis a bis.
Que infancia tan llena de mentiras.
Primero por ladrón, según él para alimentarnos, después por drogas, para el mismo fin tras buscar locamente empleo y verse desesperado, para finalmente darte cuenta que es un violador.


Los más irónico es escuchar decir que es un enfermo que se debe rehabilitar y que se puede curar porque él no es así. 
¿Qué no es así? ¡Será que en la cárcel no hay niñas.
Menores, para hacer esa clase de atrocidades! 
¿Os imagináis mi sensación después de adorar a mi padre durante toda mi infancia repleta de fantasías? Todavía se me inundan los ojos al pensarlo.

Mi madre, siendo gitana como podéis imaginar no tiene estudios, eso es cosa de payos (toda aquella persona que no pertenece a su raza gitana) según ellos.
¡Que ignorancia! pero claro, eso es lo que esperan de las gitanas, que sean mujeres ignorantes que crean depender de un hombre al cual le deban cocinar, hacer la casa, coser sus trapitos y darle hijos como conejas para seguir expandiendo sus costumbres machistas. 

Lo más triste es que mis hermanos son completos ignorantes que han seguido sus pasos y no hacen nada con su cuerpo, ni productivo con su vida, sintiéndose muy hombres sin saber hacer nada, ni hilar un hilo en una aguja.
Que les sirvan, igual que a su padre.

Mi madre tuvo que buscarse la vida para dar de comer a sus ocho hijos limpiando barcos, vendiendo flores con mi abuela,  pidiendo ayuda por las casas...

Dos de mis hermanas tienen autismo y dos clases de retraso mental diferente.

Una mujer al cargo de ocho niños sin ayuda ni el más mínimo apoyo de un padre ante la adversidad de las dificultades.

¿Les parece duro?. Pues esto tan solo es el principio.
Por primera vez en mi vida me atrevo a contar mi historia.
Me servirá de terapia para vaciar todo eso que llevo tantos años guardado por dentro.
Todo lo que me ha hecho tanto daño y me callé por miedo, por no contar con el apoyo de nadie.

Porque aun me duele.
Porque aun me despierto por las noches con pesadillas.
Porque he decidido expulsarlo fuera.
Porque por primera vez soy dueña de mi vida y de tomar mis decisiones.
Porque tengo derecho a equivocarme. Y si me caigo me levantaré y seré más fuerte.
Porque me espera un mundo por descubrir y muchas cosas por aprender y yo seré la que decidiré si me gusta o no me gusta.

Y porque por fin..... tengo el valor de hacer un viaje a mi interior.
Sé que será muy duro y doloroso.
Que descubriré cosas que no me gustan, pero....
será la única forma de poder cambiarlas.

Si me estás leyendo, donde quiera que estés, hombre o mujer, con una vida feliz o llena de dolor como la mía . Te invito a acompañarme en mi viaje.

De mi debes saber que nadie a logrado nunca que yo pierda mi eterna sonrisa aunque estuviera rota por dentro.
Ni mi alegría ni mis ganas de vivir.
Este es mi momento de cambio.
A partir de ahora mi tiempo y mi vida son míos.